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Konfesioko eta komunioko sakramentuen gaņean erakusaldiak
Juan Bautista Agirre
1803, 1823

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Bertsio elektroniko honen egilea: Josu Landa Ijurko.

Iturria: Confesioco, eta comunioco sacramentuen gañean eracusaldiac, Juan Bautista Aguirre. La Lama, 1823.

 

 

aurrekoa hurrengoa

PROLOGO

 

Fin, a que se dirigen estas Instrucciones:
y método que, para ponerlas en práctica
con los Niños, y Adultos, adoptaría el Autor.

 

        La ignorancia de muchos Cristranos á ceren del modo práctico de prepararse para recibir los Sacramentos de la Confesion, y Comunion, es un mal contra el cual claman los Predicadores, y Escritores celosos, y que no obstante subsiste en muchas partes. ¿Cual será la causa de esto? Apenas podrá encontrarse otra tan poderosa como es la facilidad, con que en muchas Parroquias se admiten los Niños á la primera comunion. En algunas no se les obliga á aprehender las cuatro partes del Catecismo; en otras se contentan con que sepan estas, especialmente si responden con puntualidad á lo siguiente: ¿Qué es lo que se requiere para una buena Confesion? ¿Qué cosa es Exámen? ¿Qué el Dolor? ¿De cuantas maneras es el Dolor? ¿Qué cosa es Contricion? ¿Qué la Atricion? ¿Para que fue instituido el Sacramento dei Altar? ¿Cuantas cosas se requieren para una buena Comunion? De aqui resulta el que los niños comiencen á participar de los Divinos Misterios, sin saber que es lo que deben, y como deben practicar para recibirlas dignamente. De aquí el perseverar regularmente én la misma ignorancia hasta la muerte. De aquí el tropezar, los Confesores con penitentes tan mal guisados, y desprevenidos; que se ven precisados á disponerlos en el mismo Confesonario, si las circunstancias lo permiten. De agui finalmente un número inmenso de Confesiones, y Comuniones sacrilegas, ó á lo menos infructuosas. Yo confieso, que es empeño arduo el desterrar del todo esta ignorancia en muchos pueblos derramados en barrios distantes de la Iglesia; pero al mismo tiempo creo, que se remediará en gran parte, si con tesón, y método se procura la instruccion de los Niños antes de la primera Comunion; si ademas al pueblo se le esplica el modo práctico de disponerse para la confesion, y Comunion, en Misas mayores, ú otros tiempos oportunos, no una, ú otra vez, sino una gran temporada. Y para que el Catequista tenga algun alivio en un Egercicio tan importante, le presento estas pequeñas instrucciones distribuidas en cuatro partes. En la primera parte se instruye al Niño sobre la Confesion: En la segunda sobre la Comunion: En la tercera se le hace poner en práctica lo que en las dos primeras se le ha enseñado especulativamente. Y en la cuarta se han recogido las Instrucciones mas importantes, y oportunas, para que un Vascongado viva segun la Ley de Jesu-Cristo.

        El método que convendrá adoptarse en cada Pueblo, dejo con gusto a la prudencia, y discrecion de los Señores Párrocos; y solo añadiré, que si me viese en la necesidad de haber de emprender una ocupacion tan delicada, procuraria valerme, en cuanto fuese posibla de las reglas simientes. I. A ningun Niño colocaria en la clase de los que han comenzado las Instrucciones para la primera Comunion, si no sabe las cuatro partes del Cátecismo. Esta es la práctica de los Obispados donde esta Disciplina de la primera Comunion ha estado mas floreciente, y se conforma con el sentir de los autores, que para la primera comunion piden, que el Niño sepa la Doctrina, cuyo compendio son las cuatro partes del Astete. Esto viendo, que algunos me dirán, que no es necesario que se sepan las cuatro partes á la letra, si se saben en cuanto á la sustancia. Es asi. ¿Pero cómo podrán saber los Niños, e idiotas la sustancia de las cuatro partes; y como darán razon suficiente de ellas si jamas las han aprehendido, ni con las expresiones con que las esplica el Cátecismo, ni con otras? II. Donde hay Maestro, y Maestra de primeras letras debe procurarse, que los Padres envien á tiempo los Niños, y Niñas á la Escuela respectiva, para que desde la edad tierna comiencen con la Doctrina. III. Aunque no haya este auxilio, la esperiencia enseña, que no suelen faltar personas que con amor y caridad sacrifiquen algun tiempo para instruir á los Niños y Niñas. He conocido un hombre, y una muchacha que en las Parroquias donde vivían se divertian en este egercicio, y hacían segun me aseguraron un bien imponderable á la juventud. IV. En muchas Parroquias de este Pais hay barrios tan distantes de la Iglesia que los Niños, y Niñas no pueden asistir á la Escuela, ni otra casa de la proximidad de la Parroquia á no hacer sus Padres un empeño extraordinario. Para instruir á los Niños de semejantes barrios, dos medios oportunos se practican en algunos Lugares: el primero es instruir algunos Niños y Niñas de los mismos barrios, para que estos enseñen á los demas; y el segundo el enviar alguna persona juiciosa, para que durante el invierno los instruya. Ojala se estableciesen en nuestras Parroquias las Cofradías de la Doctrina Cristiana tan recomendadas de la Silla Apostolica. Entónces no habría estas angustias, y en cada barrio los Cofrades cuidarían de la enseñanza de los Niños, e ignorantes en la doctrina. V. Cuando el Niño ha aprehendido las cuatro partes del Astete, se le pasa á la clase de los están instruyéndose para la primera Comunion. Se le enseña el primer año lo perteneziente al Sacramento de la Confesion: en el segundo lo respectivo á la Comunion; y finalmente sé le detiene el tiempo necesario en el modo práctico de prepararse, y recibir ambos Sacrarnentos. Algunos reputarán esto casi imposible para practicarse con los Niños. pero si consultan con la experiencia de varios Obispados, se desengañarán. VI. A los que se muestran mas aplicados se les debe dar algun premio. Asi se práctica en muchas partes; y con extraordinario esmero en Italia. El dia de la primera Coinunion á cada Niño se le dará un exemplar nuevo de estas Instrucciones, para que les sirva de Devocionario. VII. Segun la Diciplina actual de la Iplesia parece mas verisimil, que la discrecion suficiente para la Confesion no basta para la primera Comunion, exceptuando el peligro de la muerte, para la debida inteligencia de esta regla debe tenerse presente primero: Que en las prirneros tiempos de la Iglesia no se esperaba á los años de la discrecion, ó uso de la razon para dar á los niños la primera comunion, sino que se les administraba á una con el Bautismo bajo las Especies de vino. Esta Disciplina dura todabia en la Iglesia Griega, y duró en la latina hasta el Siglo XII. á lo menos en algunas partes; y Martene Escritor del Siglo, que acaba de espirar, asegura, que el mismo la vio practicarse en Basilea. 2. que en la primitiva Iglesia los que asistian á Misa comulgaban, y solo se excluia á los Catacumenos, y Penitentes; de donde se puede inferir que los niños que llegaron al uso de la razon, y asistían al Sacrificio no serían excluidos. 3. Que el Concilio Lateranense IV. celebrado el año de 1215. en el Canon 21. mandó, que todos los Fieles, que hubiesen llegado á los años de discrecion, se confesasen á lo menos una vez al año, y se comulgasen por Pascua. Hay alguna duda sobre si este Concilio se contentó para la primera comunion con la misma discrecion que basta para la confesion; pero mirando al contesto del Canon, y á la Disciplina que hasta entonces se observó en este punto, parece muy creíble con San Antonino, que los padres del citado Concilio no quisieron exigir mayor discrecion para el uno que para el otro Sacramento. 4. Ultimamente opinaron insignes Teólogos que para la primera comunion no basta que el niño tenga discrecion para conocer el bien y mal, sino que ademas se requiere que discierna el manjar celestial de la Eucaristia, conozca sus efectos, y pueda gustar de ellos, y la Iglesia en el Ritual nos dió la regla siguiente: lis, qui propter aetatis imbecillitatem nondum hujus Sacramenti cognitionem, & qustum habent, administrari non debet. VIII. La edad en que regularmente llegan los niños á este conncirrriento, y gusto de que habla el Ritual, suele ser la que media entre los diez y catorce años, como nos dice el Manual impreso en Salamanca el año de 1591. Communiter aetas huic rei apta (ut pueris ministretur Eucharistia) esse solet ab anno decimo usque ad decimum quartum, Esto mismo nos dice Francisco Suarez. Mas esto no quita el que pueda haber niños en quienes se anticipe la discreción que se requiere para la primera comunión, ya por el clima, y claridad de entendimiento, ya por una diligente educación. De esta regla se puede colegir, que si los niños empiezan á instruirse á tiempo, hasta los catorce años se les podrá enseñar cuanto se requiere, para que reciban la primera comunion con el debido respeto y discreción. IX. En cuanto al pueblo particularmente si hay muchos que ignoren el modo de disponerse para recibir los Sacramentos, procuraria explicarle en Misas Mayores, y otros tiempos oportunos por espacio de dos ó tres años las Instrucciones, que aquí ofrezco á mis paisanos, ú otras que se escriban mejor, siguiendo el órden con que están puestas. Haria decir al chico destinado para este fin una instruction oyéndole el pueblo; y ella me sirviria de asusto para una, ó mas platicas; y para este fin puede servir mucho la apreciable obra que en dialecto Guipuzcoano acaba de dar á luz mi caro amigo Don Juan Antonio de Moguel. Es muy bueno exponer el Evangelio del dia; pero nosotros vivimos en pueblos donde los Feligreses no pueden acudir á la Parroquia con la comodidad que en Navarra, Aragón, y Castilla; y es necesario que primero se atienda á lo mas urgente en aquellas horas, en que el pueblo pueda asistir, y esto parece muy conforme al Concilio Tridentimo Sess 5. Cap. 2. de Reformat. X. Las Cédulas de aprobacion en Doctrina Cristiana deben ser muy caras, para que el pueblo se mueva á acudir á la Doctrina; y si en esto se da lugar á contemplaciones, si no se les exâmina sino de pura ceremonia, todas las Instrucciones que el Párroco diese en los dias Festivos, no alcanzarán para la gente mas necesitada, porque no acudirá a ellas. XI. Con los jóvenes que aspiran al Matrimonio debe observarse con puntualidad lo mandado por el Ilustrísimo Irigoyen, examinandolos seriamente en la Doctrina antes de las proclamas. Si algunas de estas reglas no agradaren á los Catequistas acostumbrados á otro método de menos fatiga, no riñamos por esto, y concluyo con lo que segun escriben Sidonio dijo á Drossulo Satyra 1ª. Quod justum est scribo, nec multum, Drossule, curo sive huic, sive illi displiceat, placeat.

 

 

Advertencia I.

        Este prólogo se ha puesto en castellano, temiendo que muchos Catequistas no lo leerían de otra suerte.

 

Advertencia II.

        El dialecto en que se escriben las Instrucciones, es un medio entre el de Beterri, y Goyerri. Se diferencia del de Hernani, y San Sebastian v. g. en dezute, dute, duenak, dutenak dituzute, dituzte, &c. que es segun el modo de San Sebastian; y en el nuestro: dezue, due, duanak, duenak, dituzue y ditue.

 

Advertencia III.

        Al pie de cada instruccion se pondrán varias veces citas, no porque sirvan para los Niños; sino porque el Catequista muchas veces deseará saber, y registrar las fuentes de donde se ha estractado la instruccion; y es mas facil el quitarlas, que ponerlas.

 

Advertencia IV.

        Para insinuar la pronunciacion particular que tienen varias espresiones Vascongadas uso del accento circunflexo al modo que en el castellano está hoy en uso: v. g. gaixoa tiene su pronunciacion particular que no es facil fixarla mejor que con la crema, ó capucha, en cuyo lugar usan algunos de dos consonantes, como en ttipia, maittea, &c.

 

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