YO LLEVO
J.M. - J.T.
Yo llevo entre mi espíritu encendida
la hermosa luz del entusiasmo ardiente;
amo la libertad más que la vida
y no nací para doblar la frente,
Por eso estoy aquí de altivo y fuerte,
tu fallo espero con serena calma,
porque si puedes decretar mi suerte,
nunca podrás envilecerme el alma.
Hiere, yo tengo en la prisión impía
la honradez de mi nombre por consuelo.
¿Qué me importa no ver la luz del día
si tengo en mi conciencia la luz del Cielo?
¿Qué importa que entre muros y cerrojos
la luz del sol, la libertad me veles,
si ven celeste claridad mis ojos?
* * *
¿Si hay algo en mí más fuerte que tu yugo,
algo que sabe despreciar tus iras
y que no puede sujetar, verdugo,
el terror que a los débiles inspiras?
Hiere. Bajo tu látigo implacable,
débil acaso ante el dolor impío,
podrá flaquear el cuerpo despreciable,
pero jamás el pensamiento mío...
Más fuerte se alzará, más arrogante
mostrará el golpe del dolor sus galas;
el pensamiento es águila triunfante
cuando sacude el huracán sus alas.
No me importa... tu furia es omnipotente,
víctima del placer, sueño de un día
Si todos ante ti doblan la frente,
yo siento orgullo en levantar la mia».
(Gazteiz'ko espetxean, 1937).
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