PROLOGO AL LECTOR

        Bien pudo mi insuficiencia escusar el escrivir esta Cartilla, y Catecismo de Niños, mayormente quando se me pide por esta Noble Villa de Villa-Franca, para dar a la prensa; porque en admitir esta honra, exponia mas a lo publico mi ignorancia duplicada: ignorancia en la sabiduria, que por mi propio character, y oficio debiera tener; y ignorancia tambien en el perfecto conocimiento de mi propio no saber. Mas, ni este riesgo, tan manifiesto contra mi, pudo disculparme prudente en la resistencia; pues hallandome (indignamente) constituìdo en la obligacion del Oficio de Pastor de Almas de este tan Christiano, y Catholico Pueblo, se me pidiò lo que en todo Derecho, y Justicia debo à mis Obejas. Todos los derechos oygo, claman contra los Pastores negligentes en alimentar su Grey; gritan â una voz todas las Leyes, las Divinas, las Naturales, las Humanas, segun constante sentir de todos los Padres, y Doctores de la Iglesia. Siendo, pues, esto assi: como podria negarme, sin incurrir en conocida temeridad, à peticion tan justa? Demás, que el pan de Doctrina Christiana, que se me pide, es, para que los Niños de el Pueblo desde su tierna hedad entren con felicidad à gustar de este espiritual sustento tan precioso, como util, y necesario para el logro de su buena educacion y enseñanza, y à este fin es fuerza les dé yo este pan del Cielo, pero no entero, fino (conforme se me pide, y ellos lo necesitan) bien partido, para que les sea mas sabroso, y menos dificil el digerirlo, y les sirva de alimento tan util, como necessario para el logro de la Bienaventuranza, á donde como por la mano me toca conducirlos; pues de otra suerte, qué les aprobecharà el proponerles yo la obligacion de el Christiano en general, si quanto deben creer, orar, recibir, y obrar no les explicara, como debo, con toda distincion, y claridad? Seria, es verdad, dar el pan de la vida, que misericordioso, y liveral nos lloviò del Cielo; mas seria darsele entero: de que se siguiera, que como parbulitos (no tanto de hedad, mas de entendimiento) no teniendo dientes para mazcarlo, mal podrian digerirlo de modo que les entrase en bastante provecho y seria sacar à los ojos las lagrima à quien se lamenta de que los Niños pequeños el dia de oy en la Iglesia, si tienen pan, no tienen quien se le desmenuze: Parvuli petierunt panem & non erat que frageret eis (Thren. c.4.v.4.) Es, pues, cierto, que pidiendoseme â este fin, escriviesse la Declaracion, ò Explicacion de la Doctrina Christiana en el Basquenze nativo de esta Patria, para instruir á los Niños de ella, no me escusaba sin incurrir en temeridad conocida, de admitir tanta honra como me dispensa en repetidas instancia esta Noble Villa de Villa-Franca, y aplicarme sin la menor resistencia al corto trabajo de la obra, por mas que temiera justamente, que en ella exponia mas à lo publico mi duplicada ignorancia; pues quando no le acierte à escrivir con la perfeccion debida, â lo menos manifiesto con sinceridad Christiana el deseo de el acierto en el cumplimiento de mi obligacion, que de algun modo me podrà servir de disculpa.

        Nada contiene esta Cartilla, que ya no estè mucho mejor explicado en otros Catecismos. Mas para mi mayor seguridad, y huír de qualquiera error, en que me pudiera hazer tropozar mi ignorancia, he procurado con el cuydado, y vigilancia possible leer, antes de poner manos a la obra, lo que dizen las Divinas Escripturas, y lo que segun ellas nos enseñan los Sagrados Concilios, Santos Padres, y otros muchos Doctores, assi Expositores, como Theologos en lo Escolastico, y Moral, a cerca de los Misterios de nuestra Santa Fe, Virtudes que debemos seguir, y vicios que debemos huìr: cuyas citas, y muchas de las Autoridades expresas, sacadas de sus propias fuentes, he querido poner en esta Cartilla, solo â fin de que los doctos, que gustaren leerla, me adviertan por caridad, si conforme á ellas no estuviere arreglada, y escrita, para que me enmiende quantos excesos reconocieren he cometido, por faltarme su debida inteligencia; que para el efecto, desde luego me sujeto a su censura, y â la correcion de la Santa Madre Iglesia Catholica, Apostolica, Romana.