Amo tanto al euskera, que yo sólo sé que mi euskera sólo se aprende en la teta de la madre.
Te interrumpo, barkatu, no quiero que se me pregunte sobre Aránzazu.
Si Heidegger al concluir su metafísica como reflesión artística del espacio, hubiera podido utilizar el euskera, creo que habría enriquecido su reflexión. Estas haches fónicamente borran, ocultan la imagen visual que contienen, falsifican la escritura. Cómo hubiesen indignado a Heidegger.
En contraste ejemplar, la sencillez y hermosura y densidad de pensamiento el euskera y su escritura en la traducción del Quijote, de don Pedro Berrondo. Qué felicidad leer este euskera, comprendía un poco, dejaba de comprender, buscaba diccionario, lo dejaba, seguía la lectura, no hacía falta comprender, me bastaba sentir.
Me ha faltado poder político, y entre nosotros, pobres de nosotros en nuestra pobre resistencia cultural, lo que se ha identificado con poder político ha sido hablar el euskera, la mitificación del euskeldun.
Además sé que no llegaría a hablarlo bien, no quiero ser euskeldun berri, los encuentro atontados, no viven dentro del euskera.
Yo sí vivo dentro aunque no pueda deciros lo que quiero.
Eta abar ea abar. Deus, qui nos annua Apostolorum tuorum Philippi eta Jacobi solemnitate laetificas; praesta, quaesumus; ut quorum gaudemus meritis, instruamur exemplis: Quosque tandem Juan Quosque.
|