¿Qué culpa tienes tú?
Katodio Garziarena
¿Qué culpa tienes tú de que te gusten los programas de televisión que respetan a los telespectadores y telespectadoras y no los tratan como a una cuadrilla de descerebrados? ¿Qué culpa, de que te guste la televisión que se respeta a sí misma y, por eso, nunca se resigna a la chapuza y, si hace falta, suple con imaginación y buen gusto la estrechez del presupuesto? ¿Qué culpa, de que te gusten los profesionales de la televisión que se respetan a sí mismos, y se resisten a la promiscuidad publicitaria que convierte a otros en actores malos que cantan en sus programas las excelencias de un zumo o champú sin solución de continuidad con su labor profesional, que puede ser, según el caso, comunicar, informar, entretener, emocionar, crear?
¿Qué culpa tienes tú de que te gusten esos programas que se empeñan en esconderse más allá de la media noche, que apenas se promocionan, que te reconcilian a ratos con el invento maligno: III Milenio, Beti eskamak kentzen, Línea 900, En la boca del lobo, Metrópolis? ¿Qué culpa, de que te guste la publicidad ingeniosa, creativa, que se cuida del machismo (el chico de la furgoneta nueva que chasca los dedos y hace aparecer una bella muchacha en el asiento contiguo), que trata a los infantes como personas bajitas, que no cae en la obscenidad del halago pelotillero y clasista?
¿Qué culpa tienes tú de que te guste lo bueno?
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