Dispersémonos en Solitarios
Ray "Sugar" Garziarena
A la hora de hacer un juicio de actos humanos me repugna hacerlo separando lo bueno y lo malo, diciendo bien de aquello y mal de aquello otro. Sin embargo, resulta quizá más repugnante todavía permanecer indiferente ante los individuos o castas cuyo oficio viene a ser una vocación de dominio. Pero además de estos oficiantes, hay muchas otras personas necesitadas y ávidas de respuestas, y éstas vienen por boca de aquellos curtidos estrategas, domésticos de las razones categóricas. Ellos sí saben qué es acertar, «dar en la diana», y qué otra cosa es errar, «caer en desgracia»; qué se debe y qué no se debe hacer, decir o pensar en voz alta. Ante tal presencia y ánimo no puedo guardar silencio, pero tampoco responder cuando esperan unos que responda ni como dicen otros que merece. Están esos amigos de la certeza en la vida (o hasta de sus vidas) acostumbrados a pensar en ganar doble o sencillo, dar y quitar la razón como el agua, el pan y la sal. Y pienso, tal vez sea una de las cosas que siento como aparente certeza, que ganar y quitar resulta demasiado fácil, además es a eso que se nos educa a las gentes, e ¡rrefrenablemente prefiero decir con Macedonio Fernandez: Menos Gobierno, más Individuo o Persona; menos Apropiación, más Producción. Pues si viviendo juntos no somos capaces de Convivir, dispersémonos en Solitarios.
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