De Vasconia a Buenos Aires
Abraham Ignacio Garaico Echeak idatzitako De Vasconia a Buenos Aires liburutik hartu dugu ondorengo pasarte hau. Garaico Echea, Argentinara emigratrutako euskaldunen semea, Maipú izeneko Buenos Aireseko probintzian jaio zen 1891an. Bederatzi urte zituela gurasoek Euskal Herrira bidali zuten, eta Tolosako Eskolapioetako ikasle izan zen bost urtez. Gero Belgikara joan zen ikasketak jarraitzera eta industri-ingeniaritzan lizentziaturik itzuli zen Argentinara.
De Vasconia a Buenos Aires Garaico Echearen guraso eta hainbat eta hainbat garaikideren emigrazioaren historia da, eta bere amari entzundako gauzetan oinarriturik dago neurri handi batean. Amari entzundakoa da honako atal hau ere, bigarren gerra karlistaren garaian kokatu behar dena.
Cómo vió mi madre, niña a la sazón, a la emplumada de Andoain
«Nuestra madre nos ha referido cómo presenció ella en Andoain, en su niñez, el espectáculo de la pobre emplumada que se vió allí también.
«En el recuerdo de la niña, lo que más grabado quedó en su memoria fué una frase que la mujer repetía suavemente, como un estribillo: "Bai, nik Loma'rekin eta Moriones'ekin txokolatia artu det". "Sí, con Loma y con Moriones yo he tomado chocolate." Lo cual, con la traza que tenía, provocaba la piedad en las personas juiciosas y la risa en las otras. Era la forma como los sicarios que la conducían hacían mofa de su adversario, Pues los aludidos en la frase, eran los generales Loma y Moriones, jefes destacados de las fuerzas del gobierno de Madrid, contra el que los carlistas estaban alzados.
«Respecto a la víctima misma, nuestra madre nos la describía así: "Era una viejita que daba una impresión de acatamiento sumiso a todo lo que se quería de ella. Iba montada en un burro, pero no como se hace ordinariamente, mirando hacia adelante, sino dada vuelta, mirando atrás. Tenía la cabeza afeitada y el busto cubierto con plumas de gallina pegadas a su piel desnuda, con lo que su aspecto era grotesco en grado sumo. Parecía un ser de otro planeta caído a la tierra. Su voz, no obstante, nos cautivó en seguida por la dulzura de la entonación y la blandura humilde con que pronunciaba las palabras."
"Nosotras, criaturas proseguía nuestra madre, íbamos y veníamos ante el espectáculo novedoso, repitiendo lo que ella decía, y corriendo en un trajín divertido, cerca del borrico en que iba montada, con toda la comparsa de acompañantes. «Txorua da! Txoro bat da!» «¡Es loca! ¡Es una loca!» decíamos luego a coro, inconscientes como éramos e ignorando el significado verdadero de la forma sangrienta en la que así fuimos parte involuntariamente."
«¡Loca! Esa era la idea que tenían de la víctima las criaturas en su candor infantil, no sabiendo mi madre no lo supo sino años después el uso inmoral que se hacía de la niñez, en un acto al modo como en la Edad Media se exhibían en la picota a los contraventores y acusados de delitos.
«Esta emplumada no llevaba una pandereta en la mano como en el caso de las de Tolosa, sino que la obligaban a repetir una frase estudiada sobre supuestas intimidades de la infeliz mujer con los generales Loma y Moriones, jefes que ejercieron el comando de la plaza de San Sebastián y su zona costera hasta la frontera francesa, el uno primero y el otro después.
«¿Quién era esa mujer? Nadie la conocía. No era de Andoain (...)»
De Vasconia a Buenos Aires o La venida de mi madre al Plata, A.I. Garaico Echea. Editorial Vasca EKIN, Buenos Aires 1945.
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